La autoconciencia es la base de un buen líder. Cuando se comprende qué estilo de liderazgo funciona mejor para uno mismo y para el equipo, es más fácil ser un líder eficaz.
Existen varios estilos de liderazgo, sin embargo, los más comunes son nueve. El tipo que se utilice para dirigir a un equipo puede tener un gran impacto en el éxito de una organización. Cada estilo de liderazgo tiene sus puntos fuertes, aunque algunos suelen considerarse más deseables que otros.
Conocer el estilo de liderazgo ayuda a brindar orientación y retroalimentación adecuadas a los empleados, a comprender mejor sus pensamientos, así como las estrategias a implementar al tomar decisiones comerciales.
También ayuda a saber cómo lo percibe su equipo directo. Por ejemplo, si los trabajadores se sienten sofocados en el trabajo y no tienen muchas oportunidades de expresar lo que piensan, es posible que le estén diciendo que es un líder autocrático y que podría beneficiarse al cambiar el estilo de liderazgo.
Los estilos de liderazgo pueden ser únicos para cada individuo. Sin embargo, los expertos coinciden en que la mayoría de los líderes encajan en alguno de estos nueve estilos de liderazgo.
Los líderes autocráticos tienden a tener control total sobre el proceso de toma de decisiones. Este estilo de liderazgo puede ser eficaz cuando la toma de decisiones es urgente o la mano de obra es rutinaria.
Los líderes burocráticos tienden a hacer cumplir estrictamente las regulaciones y los estatus en la jerarquía. Este estilo de liderazgo puede ser eficaz en entornos de salud y seguridad.
Los líderes carismáticos tienen una presencia contagiosa que motiva al personal a seguir su ejemplo. Su simpatía les ayuda a ellos y a sus equipos a lograr el éxito en los negocios. Este estilo de liderazgo puede resultar eficaz en entornos laborales de alta energía que necesitan mucha moral positiva.
Este líder invita a la participación subordinada en la toma de decisiones. Este estilo de liderazgo suele ser admirado y puede resultar eficaz en entornos de trabajo creativos que no requieren decisiones rápidas.
Los líderes de laissez-faire tienen un enfoque de no intervención y permiten que sus empleados asuman la responsabilidad en el proceso de toma de decisiones, aunque deben establecer metas de los empleados y monitorear el desempeño. Este estilo de liderazgo puede resultar eficaz cuando se trabaja con empleados muy experimentados y seguros de sí mismos.
Estos comparten el poder y la toma de decisiones con sus subordinados y, a menudo, dirigen la organización en función de los intereses del equipo. Este estilo de liderazgo puede ser eficaz para organizaciones humanitarias, organizaciones sin fines de lucro y equipos que necesitan crear diversidad, inclusión y moral.
En este tipo, los líderes implementan varias formas de liderazgo y modifican su estilo en función de las necesidades de sus empleados y el entorno. Por su versatilidad, este tipo de liderazgo es eficaz en la mayoría de las organizaciones.
Un líder transaccional utiliza un sistema de recompensa-consecuencia para motivar a los empleados hacia el éxito y disuadirlos del fracaso. Este estilo de liderazgo puede resultar eficaz para equipos motivados por comisiones.
Al igual que los líderes carismáticos, los líderes transformacionales utilizan su energía y personalidad inspiradoras para crear un lugar de trabajo comprometido. Este estilo suele ser más eficaz que el liderazgo carismático, ya que también motiva a los equipos a generar confianza y responsabilidad. Puede resultar eficaz en organizaciones con miembros de equipos intelectuales que prosperan en entornos interactivos.
Cada estilo de liderazgo tiene sus propias desventajas y ventajas, aunque algunos estilos se consideran más deseables. Por ejemplo, la mayoría de las pequeñas empresas pueden beneficiarse de un liderazgo transformacional, democrático o situacional.
Los grandes directivos predican con el ejemplo todos los días. Son auténticos, compasivos e inclusivos. Cuando se da un buen ejemplo a los empleados y se muestra interés en su éxito, es más probable que sigan el ejemplo y respeten a la autoridad. A los empleados les gusta trabajar para líderes que realmente se preocupan por sus mejores intereses, líderes que los defenderán y apoyarán, especialmente en tiempos difíciles. Independientemente de su estilo de liderazgo, recuerde siempre cuidar de su gente y ellos, a su vez, cuidarán de usted.
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