Desde que ha habido decisiones, las personas han usado hechos (últimamente conocidos como datos) para tomarlas, junto con la razón y la intuición. Hoy en día, sin embargo, los datos a menudo parecen estar tomando decisiones por nosotros. Acciones que antes requerían el pensamiento y la intervención humana hoy no son “tan” necesarios, la analítica ha cambiado el paradigma en el mundo de los deportes, por citar un ejemplo.
Pero los datos necesitan a las personas tanto como las personas necesitan datos. Los líderes empresariales siguen siendo los que tienen que decidir si lanzar una nueva línea de productos, expandirse a un nuevo continente, etc. Entonces, ¿cómo se puede usar el torrente de datos disponibles para tomar las mejores decisiones? Ese es el tema de “Decisiones sobre decimales, una guía concisa para la toma de decisiones en la era de la analítica” escrita por Christopher Frank, Paul Magnone y Oded Netzer, un trío de veteranos de negocios asociados con la Universidad de Columbia (así como con American Express, Google y Amazon, respectivamente).
Lo que necesitan los líderes empresariales, argumentan los autores, son técnicas para combinar buenos datos con su propio buen juicio. A lo largo de los años, han desarrollado un enfoque que llaman Intuición cuantitativa (QI) para ayudar a los ejecutivos a tomar decisiones informadas. Y están convencidos de que QI, por contradictorio que parezca, se puede aprender. “Combinar la información cuantitativa con la intuición, el juicio humano desarrollado a través de la experiencia y la observación minuciosa, es indispensable”.
Bajo esta filosofía aclarar el problema es de suma importancia. Invertir tiempo para hacerlo desde el principio ahorrará tiempo y errores para todos. Preguntas formuladas a los subordinados de manera casi infantil, pueden ayudar a definir el problema. «¿Por qué?, ¿Por qué realizar un estudio de este tipo? Para conocer mejor a los clientes. Genial, pero ¿por qué queremos conocerlos mejor en este momento?” Y así sucesivamente, hasta llegar finalmente al problema real que está en juego.
Definir el problema primero y luego trabajar hacia atrás para obtener los datos puede ubicarnos en buena posición. Por ejemplo, en Amazon. Cuando las personas tienen una idea para un nuevo producto o servicio, deben escribir un comunicado de público con preguntas frecuentes para ayudarlos a ellos y a todos los demás a comprender qué es, cómo funcionará y cómo se manejarán las diversas contingencias. Ese proceso ayuda a todas las partes a comprender lo que realmente necesitan saber para determinar si el esquema es una buena idea.
Este tipo de acciones ayudarán a concentrarse en los datos correctos. Pero también debe asegurarse de que los datos sean correctos: tanto al definir el problema como al confrontar los datos, se enfatiza la importancia de hacer preguntas poderosas y de sondeo. En particular, se recomienda desarrollar preguntas diseñadas para obtener datos realmente relevantes para tomar una decisión. Todos los datos, sin importar cómo se obtengan, deben ser interrogados rigurosamente. ¿Es preciso? ¿Las medias y las medianas enmascaran los valores atípicos explosivos? ¿El período cubierto por los datos es el relevante? ¿Qué sesgos podrían haber influido en cómo se recolectaron y presentaron los datos?
Al trabajar con datos, se exhorta a los líderes a cultivar la intuición mediante el uso de cálculos “al dorso del sobre”, que darán una idea de la magnitud y la plausibilidad. Los datos deben ser precisos, pero no es necesario que sean demasiado precisos. Y todas las partes deben aprender a sintetizar en lugar de limitarse a repetir. Lo que importa es el significado.
Tarde o temprano, y mejor cuanto antes, hay que tomar una decisión. Los autores escriben para ejecutivos corporativos y abogan por un proceso bastante estructurado, que incluye, por ejemplo, «Comenzar con el acuerdo de las partes interesadas sobre el objetivo, el cronograma y quién debe participar en una decisión» y «Considerar si la decisión es reversible o no». y si no es reversible, ¿puede volverse reversible?”. Pero también hablan con la voz de la experiencia para ofrecer buenos consejos generales como: “Concéntrate en estar vagamente en lo correcto en lugar de estar exactamente equivocado”. Obtenga los mejores datos que pueda, incluso si no son perfectos. Con o sin datos perfectos, se debe tomar una decisión (y correcta).
Tomadores de decisiones exitosos equilibran datos, experiencia e intuición. Clasifican rápidamente la información, aplican el juicio y son fieros interrogadores de datos para cultivar ideas nítidas. Saben que hay más en la toma de decisiones que solo los datos. Se resisten a dejarse “intoxicar” por la información.
Decisiones sobre decimales: lograr el equilibrio entre la intuición y la información de Christopher Frank, Paul Magnone y Oded Netzer (Wiley, 2022).
